Era el sabueso de la familia Baskerville: Vikir. Sin embargo, su lealtad fue recompensada con la cuchilla de una guillotina ensuciada por la calumnia. “Nunca viviré la vida de un sabueso sacrificado después de cazar al conejo”. En lugar de la muerte, le espera una oportunidad inesperada. Los ojos de Vikir brillaron en rojo mientras afilaba sus caninos en la oscuridad. “Sólo espera, Hugo. Esta vez te arrancaré la garganta”. Es hora de que el sabueso se vengue sangrientamente de su dueño.
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